El color del empaque refleja en muchos casos el contenido del producto pero que es en si lo que representa el color en los envases o empaques en nuestro cliente final
El color es el alma del diseño y está particularmente enraizado en las emociones humanas. A través del tiempo el color se ha usado en muchas formas. En su función práctica el color distingue, identifica y designa en un rango de status; en su función simbólica puede reflejar, por ejemplo amor, peligro, paz, verdad, pureza, higiene, verdad, maldad o muerte; finalmente dentro de la señalética es aplicado tanto señales informativas como prohibitivas o de advertencia. Los diseñadores usan el color en forma controlada para crear condiciones visuales de unificación, diferenciación, secuencia y carácter. Con el color es posible generar sentimientos, sugerir acciones y crear efectos, logrando con ello la integración total del diseño.
Dentro del mundo del envase, el color es primordial; los consumidores están expuestos a cientos de mensajes visuales diferentes. Dentro de un autoservicio, el tiempo estimado que un cliente se detiene a ver un producto es de 1/25 a 1/52 de segundo, de manera que cada producto lucha por sobresalir entre los demás, buscando ser reconocido o llamar la atención en forma tal que el comprador se detenga y lo lleve consigo.
El color hace reconocible y recordable al envase, además puede usarse para categorías específicas de productos. Finalmente el diseñador gráfico tiene mucha ingerencia en este campo y la selección de un color para un producto debe ir de acuerdo con el perfil del consumidor, la zona, la clase social y muchos factores más.